jueves, 26 de diciembre de 2013

Del libro "Poemas de un esquizofrénico"



VIGESIMOTERCER YO

Dios de los lagos centroamericanos,
los que me miran no viven
para contarlo después.
Propietario exclusivo de los peces,
odio anzuelos, trasmallos y atarrayas.

Con mi cola produzco las tormentas
que pueden hundir embarcaciones,
cuando no las atrapo por la borda
con el fin de ahogar los pescadores
que luchan indefensos contra mí.

Si estoy a esa hora poco hambriento
los dejo simplemente a la deriva,
esperando me aplaquen devolviendo
la pesca a lo profundo del lago,
y no intenten esconderla malamente
en la sentina del barco.

Así reino en las aguas transparentes
de la indígena América Central,
ondulantes como sábanas celestes,
tan vecinas de una tierra generosa
donde todo se confunde y se destaca
bajo la fronda de selvas y montañas,
como croquis de su esencia mágica.