lunes, 9 de julio de 2012

Del libro "La calle de las complacencias"

LAMIA

Todo se la va en decir:
¡trae bastante jabón,
trae bastante jabón!
Olafo el Amargado

Baño inmenso, sin fronteras,
en las aguas del Jónico y Egeo;
de todo el Mediterráneo.
Baño de amor sobre Lamia,
preferida de Demetrio Poliorcetes.

Baño de oro
cobrado en tributo a los atenienses
para el cósmico jabón de aquella dama
que puso su entrepierna
al servicio de todo el archipiélago.

Del libro "El panteón incompleto"


OMAR KHAYYAM

Todos te han cantado:
los rapsodas, los sabios y los muertos.
¿Por qué no hacerlo yo,
desconocido caminante
de un mundo sin futuro y sin historia?

Hijo legendario de los siglos
a quien los hombres
amantes de los goces epicúreos,
unidos a los bienes de la ciencia,
rinden culto perpetuo de amistad.

En tu remota Persia
voluptuosa y matemática
brillaste como el hijo de Darío
después de dominar Egipto
y apoderarse de Atenas,
antes de caer en Salamina.

Hoy los poetas de la Tierra
miramos hacia ti como a un Sol
encandilados por la luz
de tus versos divinos y distantes
que alborozan alegres los dintornos
en el mítico palacio de los dioses.

¡A tu salud, Omar!
Bebamos y gocemos estas copas
pletóricas de vino, por una eternidad.
No neguemos al cuerpo y al espíritu
las delicias del celeste Imperio.

Te amamos, timonel de nuestro barco,
vidente de nuestra oscuridad,
poeta del corazón, Omar Khayyam.

Del libro "El panteón incompleto"


JUAN SEBASTIÁN BACH

Más allá de las ideas teológicas,
más allá de las creencias generales,
más allá de mi ateísmo inveterado
está Bach con su música sagrada.

En un cosmos de notas majestuosas,
como un coro de ángeles cantores,
en fuga y contrapunto me transporta
hasta el trono de un Dios que nunca veo.

Desde el barco sin rumbo de mi vida
miro la costa donde Bach reposa
con su voz salvadora que promete
cómo escapar del caos y la nada.

Rindo tributo a su talento inmenso
no a una sola expresión de su epopeya,
que no puede encerrarse en un modelo
ignorando que Bach no tiene límite
en su inefable universo del espíritu.

Del libro "El panteón incompleto"


MAHATMA

No se olvida tu silueta flaca
y cubierta por un simple taparrabo.
Agitador en pañales te dijeron
los parlamentarios británicos.

Para Churchill fuiste apenas
un sedicioso faquir
cuando humillaste sus tropas
en la Marcha de la Sal aquel 21 de mayo,
no por la fuerza de las armas
sino por tu doctrina de ahimsa.

Bebiste en el Nuevo Testamento
y declaraste que sus palabras
te mordían el corazón.

No tuviste soldados a tu mando
ni autoridad formal alguna,
pero moviste los cimientos del Imperio
con tu ayuno y tu palabra inaudible.
Sufriste cárcel,
que no fue para ti cárcel sino templo.

Casarte a los 13 años
no impidió estudiar derecho en Londres,
tomar clases de baile y practicar oratoria.
Aprendiste la resistencia pacífica
leyendo a Tolstoi
y demás defensores de la protesta civil.

Trataste como nación a una colonia
asolada por hambrunas y por plagas,
que vivía bajo la férula de las supersticiones.
Aceptaste a los ateos, racistas y violentos
porque viste en ellos una gran familia,
incluyendo a los intocables.

Asombraste a los occidentales
con tu insólita visión frente a la guerra,
vetando la fabricación de armas.
Sugeriste a los judíos el suicidio colectivo
como repudio al nazismo,
sosteniendo que un acto de tal naturaleza
sería una herencia espiritual tan grande
que despertaría la conciencia pública
en todos los países.
Aunque muchos dudaron de tus métodos,
nadie pudo dudar de tu entereza.

El 15 de agosto de 1947
el mundo vio nacer un nuevo Estado.
Tus cenizas
dispersas por los ríos de la India
pagaron el tributo de la inmortalidad.
Dijo Nehrú:
Se ha ido la luz de nuestra vida.