POEMAS AL FUTHARK (17)
Tienes Tyr,
la de color bermejo,
verdades sublimes e importantes
en la ruda mitología germánica,
donde eres soberana de la guerra
para defensa de la gran península,
mítica tierra de los escandinavos.
Tu cuerpo, semejante a una lanza,
da astucia y valor para los héroes,
y con golpes certeros no permites
que se rompa o doblegue tu figura.
Simbolizas la deidad que un día
se auto sacrificó por sus amigos,
cuando el lobo gigante, encadenado
a inclementes y rústicos grilletes,
cortó su mano con voraz mandíbula.
El dios de las armas quedó manco
y fue llamado: El
de la mano única
desde tan cruenta y criminal mordida.
Propones derroteros consecuentes,
la pureza y el valor de lo celeste;
eres columna vertebral del mundo
manifiesta en el árbol Yggdrasil,
donde surgen sagrados juramentos
pronunciados por hombres valerosos,
de alma serena, transparente y firme.
Quiero invocarte inexorable Tyr
para lograr la justicia y la victoria
que fortalece mi verdad interna,
derrotar mis ocultos enemigos,
merecer permanente protección
y domeñar mi veleidosa suerte,
lo mismo que adquirir conocimiento
en los años que me restan por vivir.
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EL FUTHARK
La palabra Runa
significó en un principio “rugido”,
pero con el tiempo la evolución semántica le dio la noción de “secreto susurrado al oído”. En todo
caso, las Runas son un alfabeto
mágico utilizado por las tribus germánicas de la Europa precristiana, del que
se conocen distintas variantes, cada una con diferente número de caracteres. Odín, dios supremo del panteón
escandinavo, ganó las Runas al
permanecer colgado del árbol Yggdrasil
(el gran fresno sagrado), durante nueve días con sus noches, herido de un
lanzazo. En cuanto al origen histórico de las Runas, es todavía más confuso que su origen mítico.
Con el transcurso de los años aparecieron distintas
versiones del abecedario rúnico, añadiendo algunos caracteres, mientras otros
caían en desuso. Así, hoy tenemos tres variantes principales, de las que se derivan
versiones secundarias. A la más antigua de sus formas se le llama Futhark común o germánico, que consta de
veinticuatro signos, más otro, añadido posteriormente, denominado “Runa blanca”.
El nombre de este Futhark resulta de las seis primeras letras, de los seis primeros
nombres (Feoh, Ur, Thorn, As u Os, Rad y Ken) que se traducen por f,
u, th, a, r, y k. Fue el más
usado en el norte de Europa continental, entre los siglos V y VIII d. de C.
La segunda variante es la anglosajona, utilizada en
Gran Bretaña, entre los siglos V y XII d. de C. Constaba de veintiocho letras,
aunque llegó a tener hasta treinta y tres.
La tercera es la del Futhark nórdico o escandinavo, utilizada en Islandia y en la
península que conforman los países de Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca.
Tuvo su auge entre los siglos V y XII d. de C. Y es la que ofrece mayor número
de formas escritas.
Los demás Futhark
tienden a ser variantes criptográficas de alguno de los tres abecedarios
rúnicos principales.