sábado, 21 de junio de 2014

Del libro "Poética de las sombras"



EL FANTASMA IMPERTINENTE

En el norte de Australia,
sobre sus costas desiertas,
igual que en Nueva Guinea,
soy un fantasma terrible
de presencia nunca vista,
y sólo dejo la huella
de mis labores sombrías.

Es la muerte para mí
una infame actividad,
bien propia de los cobardes,
y me fastidian por eso
los sepulcros putrefactos
bajo ramajes que miran
los huesos de los difuntos
cuando ya están descompuestos.

Practico la impertinencia
contra los parientes vivos,
y trato de congraciarme
con los hijos de las sombras,
mis sempiternos amigos.

Me pueden satisfacer,
razonable y noblemente,
si visitan los lugares
donde duermen los cadáveres,
y apilonan bien los huesos
para llevarlos a casa,
permitiendo que los muertos
disfruten la compañía
de los simples aldeanos
supersticiosos y lerdos,
y esto basta en el sentido
de que no hay aburrimiento.