domingo, 1 de julio de 2012

Del libro "El panteón incompleto"


JOSÉ GABRIEL

En aquel virreinato colonial
convivían entre otras paradojas
santidad y pasiones de burdel.

Cuando Túpac capturó al Corregidor,
lo pasó de inmediato por las armas
frente al odio reprimido de su pueblo.

La revancha imperial fue sanguinaria:
Presenció las torturas y la muerte
sufridas por sus seres más queridos.

Ni las penas ni los potros destrozaron
su entrañable valor y fortaleza.

Fue sin piedad decapitado
y sus miembros dispersos por los altos
y escabrosos peñascos del Perú.

Del libro "El panteón incompleto"


NERÓN

Agripina no paraba en su deseo
de hacer danzar las saltatrices
al ritmo de la música imperial.

El viejo Claudio miraba aquella farsa
con sus ojos estáticos,
como clavado en el trono.

Británico había perdido la posibilidad
de ser coronado emperador,
no obstante los esfuerzos de su padre.

Fue así como tú, Lucio Dionicio Enobarbo,
cuyos vicios y excentricidades
fueron más producto de la época
que vocación personal,
te viste llevado a la suprema jerarquía
en medio de innumerables intrigas,
por los designios maternos.

Desoíste los consejos de tu preceptor
mostrando más amor hacia la plástica
que hacia las artes de la guerra,
más afinidad con la tragedia helénica
que con el teatro de los acontecimientos,
más sensibilidad por el canto de las sirenas
que por el tétrico alarido de los moribundos.

Gobernaste con relativa eficacia
sobre ese nido de víboras,
mejor que Calígula y Tiberio.

Lloraste desconsoladamente
cuando el incendio de Roma,
pero la calumnia prosperó
con el naciente cristianismo,
dejándote marcado ante la historia
como un ente feminoide,
endemoniado y pirómano.

Hoy que los ánimos caldean en otras latitudes
miramos tu decadencia con mayor serenidad,
y comprendemos porqué mientras caías
exclamaste desgoznado de amargura:
¡Qué gran artista pierde el mundo!

Del libro "La calle de las complacencias"


INTRODUCCIÓN

La guerra.
La paz.
Las matemáticas.
La astronomía.
La religión.
La química y los viajes.
La física y las exploraciones.
La vileza y la generosidad.
La filosofía y el comercio.
La industria y la poesía.
La frialdad y el misticismo.
Todas, absolutamente todas
las actividades humanas
están impregnadas por el amor.
El amor impregnado por la pasión.
La pasión por el erotismo.
El erotismo por la obscenidad.
La obscenidad por la pornografía.
La pornografía por la prostitución.
Y como una serpiente que se muerde su cola,
la prostitución está impregnada por el amor
como la ceniza está impregnada por el rescoldo
que le ofrece su calor agonizante.
Siempre ha sido así y esto no cambiará
mientras perdure la vida en esta tierra.
¡Bienvenidos entonces al mundo de la putería!

Del libro "La calle de las complacencias"


LA PROMESA DE JOSUÉ

Pero a Rajab, la meretriz,
así como a la casa de su padre
y a todos los suyos,
Josué les conservó la vida.
Biblia de Jerusalén

Derribaré las murallas al son de mis trompetas
y pasaré por las armas a todos los jericoanos
sin ningún remordimiento.
Pero a Rajab, la puta bella,
respetaré como a mi propia persona
lo mismo que a su descendencia.
Guardaré para ella la nobleza de mi estirpe
y la fuerza viril de mi potente falo.

Si me regala el fuego de sus profundidades,
como ahora deseo y ordeno,
haré parar el Sol en lo duro del combate
hasta vencer al enemigo.
Impondré mi dominio en la tierra de Canaán,
y entonces Rajab, la más puta y la más bella,
si es tierna y complaciente con mis ansias
se verá colmada de innumerables riquezas,
producto de mi conquista y mi saqueo.

Me casaré con ella, haciendo en esa forma
que lleguen Jeremías y Ezequiel
tras muchos otros profetas
necesarios en la historia de este tiempo,
como testimonio de mi gloria imperecedera
en los siglos venideros.

Del libro "La calle de las complacencias"


ÉSA

¡Ay de ti, miserable! ¡Qué vida te espera!
¿Quién irá a verte? ¿Quién te verá bella?
Catulo

También ésa espera al desconocido
que se digne arrojarle una moneda
en el templo de Mylita.

Ésa no es como las otras,
a pesar de ceñir en su cabeza
la cuerda trenzada que la identifica.

Pasarán meses
antes de que un hombre la escoja
para el obligado rito.

Como no es hermosa,
difícil le será cumplir con su deber
en el sagrado recinto de la prostitución.

¡Oh, Babilonia!
Cuántas chicas poco agraciadas
sufren por ti la humillación de la espera,
contrariamente a las bellas
que ven, horrorizadas... o complacientes,
avanzar por las galerías
el falo enardecido de los sátiros.

Del libro "La calle de las complacencias"


JEZABEL

¡Digna recompensa logró tanta
laboriosidad! No es difícil creer
que ella misma quisiera morir así.
Marcial

La prueba granate de la desfloración
en el huerto sagrado
rodaba en temblorosas gotas
por entre los muslos de las vírgenes.

Y ella, supervisando el rito iniciático,
intentaba complacer a su diosa predilecta
bajo los jazmines del palacio.
Nadie debía negar sus primicias femeninas
a los viejos sacerdotes del poderoso Baal.

Por fin los perros de la muerte
clavaron en sus vísceras los amarillentos caninos,
como una venganza de los parias
contra la esposa de Acab.