domingo, 10 de noviembre de 2013

Del libro "Poemas de mediopelo"



A LORENZA

Llevo un haz de relámpagos dormidos;
nadie se atreva a despertarlo.
¡Usted que quizás es mi enemigo!

Pero tú, encanto de mi espíritu,
caliéntate en su fuego,
calcínate en sus rayos,
refúndete en sus truenos.

No me temas Lorenza.
Alumbra la extensión del mar
con el haz de relámpagos dormidos,
que amoroso conservo para ti
como una tempestad, dentro del pecho.

Del libro "Poemas de mediopelo"



PARODIA DE LA IMPOTENCIA

Sin ser Pablo Neruda escribiré
los versos más felices esta noche:
Escribiré mi amada está muy cerca
y titilan sus ojos en mi rostro.
Ella me ama y yo también la amo,
aunque siga su carrera el tiempo
y se oponga el universo en bloque.

Ahora digo, parodiando a Borges:
Algo que ciertamente sí se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
nadie ha recibido en otras tardes
tantos besos y caricias en la sombra.

Walt Whitman, con palabra vibradora
cantó lo que no alcanzo a remedar
en mis versos de torpe aficionado:
que al pisar una flor acá en el suelo,
se estremece en lo alto alguna estrella.

Siempre así, robando sus ideas
a los grandes forjadores de poemas,
paso las horas fabricando frases
que me den la medida de lo arcano
y me digan en dónde está el secreto
que no puedo descubrir en mi cerebro,
tan escaso de magia y de neuronas.