EVA
La
de los ojos marinos,
cuerpo
insular y sonrisa bucanera,
la
de verbo oceánico y espíritu guerrero,
que
en un cuento pirata, legendario y nostálgico
como
el recuerdo de un amor perdido,
desplegó
las velas de mi fantasía
por
las aguas bullentes de la imaginación.
¡Eva!
¡Eva! Mi corazón corsario
vuelve
a soltar amarras por tu voz de espuma,
por
tu abordaje ignoto, por tu batalla inmensa.
En
las cofas de mis barcos desolados
he
podido revivir edades de oro
al
escuchar de tus labios las canciones
que
tanto presentí sobre las olas
en
esas noches de Luna y de silencio,
cuando
busqué fantásticas historias
y
una calma imposible a mis tormentas.
Sigue
cantando tu canción profunda,
y
bese el mar los secretos pasadizos
que
circundan tu enigmática belleza,
donde
zarpan veleros enjarciados
(polvo
de estrellas en tu hermoso pelo)
por
las hebras sin fin de tus palabras.