martes, 5 de junio de 2012

Del libro "El panteón incompleto"


VOLTAIRE

La fuente de su ingenio chispeante
brotó a raudales los primeros años
como río sin fin, hacia el futuro.

En medio del latín y la retórica
comenzó a saborear desde temprano
el diálogo, la epopeya y la tragedia.

Al filo de la oscura intolerancia
lo atrapó La Bastilla,
moldeando sus primeros versos.

Tuvo un trato demasiado familiar
con algunos monarcas y princesas
que quisieron alejarlo de París.

En Suiza decidió pulir sus obras
para gozo de los siglos que llegaban,
y volviendo a su tierra consiguió
lo que tantos artistas no alcanzaron:
Alumbrar el pensamiento de los hombres
como un Sol sin ocaso.