miércoles, 25 de septiembre de 2013

Del libro "Poemas al Futhark"



POEMAS AL FUTHARK (16)

Das los rayos que llegan a la Tierra
con su potencia, produciendo vida.
Venerada desde el mundo antiguo
por las tribus germanas que sabían
los enormes favores que otorgabas,
mezclados con poderes destructivos,
a quien humilde oficiara los rituales.

Eres, Sigel, protección del Cielo
y guerrera esplendente que derrites
las montañas heladas con tu lanza;
te conocen los dioses como Sunna,
aunque los hombres te llamaron Sol.

Significas el globo giratorio
que gravita en el vasto firmamento;
en Islandia, de géyseres copiosa,
las mujeres ostentan con orgullo
el nombre consagrado de Sigrun,
equivalente a la Runa victoriosa.

En vientos contrarios y en reveses
representas la fuerza suficiente
que restaura la rugosa autoridad,
desterrando lo que siempre impide
el cultivo de fértiles cosechas.

Por tu medio tendré la resistencia
que tanto sueño en mi expresión viril,
para hallar en terrenos femeninos
actos sublimes de mayor firmeza,
con modales y tácticas fogosos
en situaciones de por sí no gratas
en toda brega de pasión servil.
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EL FUTHARK

La palabra Runa significó en un principio “rugido”, pero con el tiempo la evolución semántica le dio la noción de “secreto susurrado al oído”. En todo caso, las Runas son un alfabeto mágico utilizado por las tribus germánicas de la Europa precristiana, del que se conocen distintas variantes, cada una con diferente número de caracteres. Odín, dios supremo del panteón escandinavo, ganó las Runas al permanecer colgado del árbol Yggdrasil (el gran fresno sagrado), durante nueve días con sus noches, herido de un lanzazo. En cuanto al origen histórico de las Runas, es todavía más confuso que su origen mítico.
Con el transcurso de los años aparecieron distintas versiones del abecedario rúnico, añadiendo algunos caracteres, mientras otros caían en desuso. Así, hoy tenemos tres variantes principales, de las que se derivan versiones secundarias. A la más antigua de sus formas se le llama Futhark común o germánico, que consta de veinticuatro signos, más otro, añadido posteriormente, denominado “Runa blanca”.
El nombre de este Futhark resulta de las seis primeras letras, de los seis primeros nombres (Feoh, Ur, Thorn, As u Os, Rad y Ken) que se traducen por f, u, th, a, r, y k. Fue el más usado en el norte de Europa continental, entre los siglos V y VIII d. de C.
La segunda variante es la anglosajona, utilizada en Gran Bretaña, entre los siglos V y XII d. de C. Constaba de veintiocho letras, aunque llegó a tener hasta treinta y tres.
La tercera es la del Futhark nórdico o escandinavo, utilizada en Islandia y en la península que conforman los países de Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca. Tuvo su auge entre los siglos V y XII d. de C. Y es la que ofrece mayor número de formas escritas.
Los demás Futhark tienden a ser variantes criptográficas de alguno de los tres abecedarios rúnicos principales.