lunes, 20 de octubre de 2014

Del libro "Poemas misceláneos"



LOS HUEVOS DE LA POESÍA

Vanidad de vanidades

El huevo de la poesía se está cociendo ya;
ha caído en los hervores de la imaginación.
Antes cristalino y lustroso,
luce ahora una clara blanquísima y opaca
sobre una yema de amarillo mate,
envueltas ambas en su prisión calcárea.

Pronto estará listo, bien cocido,
para que pueda mejorar la dieta,
escasa por cierto, de todos los poetas
que buscan complemento alimenticio
en las despensas de la imaginación.

Pero hay poetas caprichosos
que no querrán huevo cocido,
ni frito ni revuelto,
porque con su inflada vanidad
sólo saben engullir enceguecidos
(crudos, sin sal ni condimentos)
los huevos impotentes de la mediocridad.

Del libro "Poemas misceláneos"



LOS HUEVOS DE LA POESÍA

Gustos personales

Me gusta ver la poesía como un huevo
meciéndose en las aguas salutíferas del tiempo.
Me gusta ver la poesía ovalada,
cociéndose en las calderas cósmicas,
mientras Dios ríe a carcajadas
de estos pobres mortales
que desperdician sus mejores días
escribiendo sus peores versos.

Me gusta mirar la cazuela
donde se fríen y revuelven las metáforas
que tienen forma de huevo.
Me gusta saborear la clara y la yema
de los mejores huevos poéticos.
Me gusta hacer tragar a mi enemigo
toda esa huevonada que es la poesía.