ASESINOS
El
arma tenía silenciador
porque
los asesinos,
como
todos los cobardes,
la
mataron a mansalva.
A
la fija, con alevosía,
sin
que mediara palabra
le
dispararon por la espalda,
desde
lejos,
a
ella, la más tierna,
la
más bella,
la
consentida de mis afectos,
la
que a sus 14 años buscaba,
como
todos los seres soñadores,
una
oportunidad en la vida
para
luchar, para surgir,
para
dar lo más noble
que
guardaba dentro de sí.
A
ella, precisamente a ella,
la
asesinaron vilmente
porque
no resistieron
la
inefable transparencia
de
su corazón adolescente.
Los
asesinos que la mataron,
y
todos los asesinos del mundo,
son
unos hijos de puta
por
siempre en la eternidad.