NO
A LA CRÍTICA
Estoy
de crítica hasta la coronilla, incluso de la mía. Por lo tanto guardaré
silencio en el poema (si es que esto puede llamarse poesía), acerca de la
Coca-Cola como símbolo imperial.
Igual
sobre las hamburguesas, los hot dogs, las carnes frías y demás chatarra que
convierte nuestra salud en cementerio. Digo hot dogs y no perros calientes,
para estar más a tono con la modernidad.
No
criticaré las películas basura que llegan desde Hollywood, ni los rambos
empeñados en salvar la humanidad, cuando las turbas hambrientas deciden
presentar problema.
No
esperen críticas de mi parte contra los medios de comunicación que trasmiten noche
y día su inmundicia deletérea.
No
diré ni ¡mu! contra multitud de sectas, dispuestas a redimir sus feligreses
mientras llenan sus bolsillos con el producto del trabajo ajeno.
No
pronunciaré palabra contra las religiones oficiales, que imponen su férula
sobre el rebaño intonso, ni contra sus representantes, aunque recluten y abusen
de menores indefensos, aprovechando la materia prima de la “chusma paridora”.
Veo
tonto criticar machistas y feministas, cuando demuestran su ignorancia
histórica y consuetudinaria por medio de sus ridículos argumentos y su
fanatismo proverbial.
Por
qué criticar los fabricantes de armas y los mercaderes de la muerte, que
quieren exterminarnos mientras hablan de paz, democracia y libertad, que sólo
aumentan la repugnancia de su discurso hipócrita.
No
me interesa vociferar contra políticos tramposos y asesinos, ni contra
encumbrados concursos de belleza, que más parecen subastas de bovinos.
¿Qué
los extraterrestres invadieron el planeta? ¡Que lo invadan, que para eso tienen
mejor tecnología!
¿Que
al potentado X le contagiaron una enfermedad venérea? ¡Que se la contagien que
para eso están los laboratorios y clínicas haciendo sus negocios!
¿Qué
a Su Santidad se le inflamó el colon y su grey está compungida? ¡Que se le inflame
y su grey se ponga triste, que para eso tiene un trasero bien cuidado!
¿Qué
los Estados Unidos invadieron Irak para robarse el petróleo? ¡Que lo invadan y
se roben el petróleo, antes de que lleguen otros con peores intenciones!
¿Qué
varios países se confabularon para domesticar a los afganos? ¡Que se confabulen
y traten de domesticarlos, que de todas maneras acabarán vencidos como en otras
partes donde metieron las narices!
¿Qué
en el Medio Oriente son incapaces de vivir sin guerra? ¡Que vivan con ella entonces,
mientras Yahvé y Alá se bañan las pelotas en la piscina del hotel!
¿Qué
China será peor cuando se convierta en la primera potencia mundial? ¡Que sea
como le dé la gana, ya que nada ganamos ni perdemos los eternos desheredados
del mundo, que siempre somos los mismos!
No
me interesa criticar nada ni a nadie, al menos mientras termino este poema que,
como dije al principio, dudo mucho que lo sea.
Me
declaro escéptico, epicúreo, cínico y estoico, amén de agnóstico, ateo,
anarquista, iconoclasta, nihilista y todo lo que más deseen, sin descontar mis
dudas sobre la transmigración de las almas y otras babosadas.
¿Cuáles almas? Si existieran, las convocaría a proseguir conmigo sobre la faz de la tierra trasformadas en carniceras y monstruosas cucarachas.
¿Cuáles almas? Si existieran, las convocaría a proseguir conmigo sobre la faz de la tierra trasformadas en carniceras y monstruosas cucarachas.