miércoles, 2 de abril de 2014

Del libro "Poemas montaraces"



PERRO NEGRO

Animal, pero mito al fin y al cabo,
lanzo mis aullidos por las noches
en diferentes lugares de Colombia.
Ladro fuerte y en primera persona
porque mi voz es la voz del pueblo,
que viene a ser la voz de Dios.

Junto al convento de San Francisco
en Tunja, ciudad fría y señorial,
permanezco transformado en roca,
y sus habitantes se llenan de pavor
con mis baladros tremebundos
en las calles, casi siempre solas.

Exhalo espeso vaho maloliente
y arrastro mis cadenas oxidadas
como demonio o espíritu maligno
por terrenos de Antioquia montañera,
cuando cruzo aullando los caminos
en noches de negrura y tempestad.

Con mi gran estatura cargo fardos
muy pesados para los mortales,
y echo fuego por ojos y por boca
para terror de borrachos y tahúres.

Es todo lo que puedo comentar
de mis muchos trabajos y poderes,
a través del señor Verano Brisas,
poeta que ha cantado desde siempre
las hazañas donde vuelvo trizas
a mis viejos y perpetuos enemigos.