miércoles, 27 de agosto de 2014

Del libro "Trampantojos y otros versos"



BALLENA

Soberana absoluta de los mares
y soporte simbólico del mundo:
recibiste a Jonás cuando el naufragio
que fue definitivo en la tormenta,
sin espacio para salvar su vida.

Acógeme en tu vientre como a él
para que pueda yo vivir en paz,
lejos de la crudeza humana,
especie sanguinaria que no cesa
la perversa destrucción de todo
lo bello y natural sobre la Tierra.

Déjame por siempre en tu interior,
pues rechazo mi retorno hacia la playa
donde acechan los cuervos de la muerte
corrompiendo el aire con sus negras alas
y asesinando la esperanza con sus picos,
ante mí, réprobo irredento de los dioses
por negarles las ofrendas esperadas.

Símbolo de unión entre dos mundos
imaginarios y soñados siempre:
objeto de culto son tus huesos
y tus láminas enormes y parejas,
deidades que guían a sus puertos
los barcos perdidos en tormentas.

Naciones que te atacan con sevicia
celebran con tus restos sus rituales
por tu longeva condición cetácea,
mientras Aries y Piscis te aprisionan
como constelación austral,
orientadora de navegantes y poetas
que descubren en la esencia de tu brillo
rutas y explicaciones coherentes
para el propósito final de su aventura.