BALLENA
Soberana
absoluta de los mares
y
soporte simbólico del mundo:
recibiste
a Jonás cuando el naufragio
que
fue definitivo en la tormenta,
sin
espacio para salvar su vida.
Acógeme
en tu vientre como a él
para
que pueda yo vivir en paz,
lejos
de la crudeza humana,
especie
sanguinaria que no cesa
la
perversa destrucción de todo
lo
bello y natural sobre la Tierra.
Déjame
por siempre en tu interior,
pues
rechazo mi retorno hacia la playa
donde
acechan los cuervos de la muerte
corrompiendo
el aire con sus negras alas
y
asesinando la esperanza con sus picos,
ante
mí, réprobo irredento de los dioses
por
negarles las ofrendas esperadas.
Símbolo
de unión entre dos mundos
imaginarios
y soñados siempre:
objeto
de culto son tus huesos
y
tus láminas enormes y parejas,
deidades
que guían a sus puertos
los
barcos perdidos en tormentas.
Naciones
que te atacan con sevicia
celebran
con tus restos sus rituales
por
tu longeva condición cetácea,
mientras
Aries y Piscis te aprisionan
como
constelación austral,
orientadora
de navegantes y poetas
que
descubren en la esencia de tu brillo
rutas
y explicaciones coherentes
para
el propósito final de su aventura.