martes, 7 de octubre de 2014

Del libro "Poemas misceláneos"



NOCHES DE GUATAVITA

Noches de hielo y bruma, de ventiscas
que no apagan mi corazón en llamas.
Noches de Guatavita, la de represa y laguna,
la de leyendas doradas.
Noches sin olvido donde el recuerdo vuela
como gaviota perdida en busca de su mar.
Noches solitarias de amigos y parientes,
noches de poco dinero y de cobijas escasas.
Noches de sueños cálidos, noches íntimas,
certeras, paradójicas, de silogismos llenas.
Noches especiales en su negrura sacra.
Noches ansiosas de tu amor y de tus besos,
noches largas.
Noches de silencio para evocar tu rostro,
noches plácidas
en que la fauna es muda y el universo canta.
Noches que parten hacia el azul profundo
con sus alas de cuervo desplegadas.
Noches de luz oscura y madrugadas solas,
a veces estrelladas.
Noches únicas, en las que presiento
tu risa de campana,
el calor y el aroma de tu cuerpo,
el andar de tus dedos sedosos e incesantes.
Noches de lengua y miel
en recónditos parajes atrapadas.
Noches de Guatavita, noches largas.
Noches de nieve y lluvia, de ventiscas
que no apagan mi corazón en llamas.

Del libro "Poemas misceláneos"



TESTAMENTO

He quemado mi vida en las llamas del amor
entre las piernas de putas y de vírgenes.
He vivido las grandes aventuras
que el corazón impone,
con fervor y audacia inimitables.
He tomado con mis manos el Sol
y me tragué la Luna en noches estelares.

Hoy, ya cerca del ocaso,
sigo alegre y vital por el sendero
que inexorablemente
ha de llevarme de regreso al polvo.

Realicé lo que me dio la gana
y no guardo ningún remordimiento.
Mis cenizas y mi amor,
junto con mis escasos versos,
los dejo al mar, a los peces, a la brisa,
y por supuesto, sin reparo o engaño,
a quienes aún contra su fe me amaron.