miércoles, 16 de octubre de 2013

Del libro "Poemas de mediopelo"



PORTERO EN LA TARDE

Soy un viejo portero fatigado,
pero mi portería
no es una entrada cualquiera
sino la de un video especializado,
amable y generoso,
apasionado y seguro.

Abro y saludo, doy información,
cobro el cóver (barato como pocos)
y entrego las llaves a los parroquianos
para que guarden su ropa en el clóset,
adecuado especialmente para ellos.

Algunos preguntan, o se callan
ante la inminencia de su desnudez;
otros hacen confidencias y bromean,
sin que falten los arrepentidos
que deciden regresar más tarde
para pulsar el timbre
cuando todo se halla en la penumbra.

Mientras tanto, escribo
aprovechando la ocasión que ofrece
este trabajo tan espiritual,
preciso para un curtido navegante
que cambió su camarote marinero
por la imagen y el jadeo ardientes
de un pulcro y delicioso lupanar.

Del libro "Poemas de mediopelo"



UNA LÁGRIMA POR KJERSTI

También, como el noruego,
Carlos el taxista drogadicto
y el no menos sensible periodista
que me contó la historia,
derramo una lágrima por Kjersti,
la muchacha que ya todos amamos.

Políglota y bella, nuestra Kjersti,
con su destino escarpado,
profundo y solitario como un fiordo,
duerme ahora imperturbable
en su angosta pocilga silenciosa,
alejada de las luchas y el acoso.

Ella, que lloró tan temerariamente
su pasado confuso y atrevido,
hoy nos hace llorar desorientados
ante el vacío de su ausencia última.

Combatiente indomable del espacio,
guerrera infante sobre tierra firme,
experta en desiertos y explosivos,
buscadora de la paz en el alcohol.

Los secretos que nunca reveló
serán para nosotros el misterio
que le damos al mundo solidarios,
al dejarnos en estéril abandono
como fiera salida de su entorno.