martes, 15 de abril de 2014

Del libro "Poemas montaraces"



MARÍA LA LARGA

Reconocida en la región andina,
parte de Antioquia y viejo Caldas,
aparezco en terrenos casi urbanos
como diosa de la madrugada.

Tengo brazos y pies descomunales
conque puedo avanzar entre las ramas
agitadas por la lluvia y por el viento.

Me gusta seducir a los noctámbulos
con sugerencias sensuales y perversas,
aprovechando mi don cautivador,
del que los hombres no pueden escapar.

Los conduzco al camposanto y,
cuando intentan ceñirme la cintura,
me estiro y estiro indefinidamente
infundiéndoles un miedo incontrolable.

Prefiero calles y casas pueblerinas,
hospitales y templos parroquiales,
monumentos destruidos y necrópolis,
donde vivo y me vuelvo más visible
para ilusión transitoria de unos pocos
y terror permanente de otros muchos.

Del libro "Poemas montaraces"



PATETARRO

Genio del mal por mi pata podrida,
que intento camuflar con una guadua
puesta en forma de tarro encubridor
sobre la infecta miseria de la herida.

Me ven como deidad afeminada
aunque soy claramente masculino,
cuyo grito, histérico y macabro
atosiga de terror los socavones,
arroyos, precipicios y quebradas
en las noches oscuras e invernales.

Procedente de auríferos terrenos,
augura mi presencia inundaciones,
sobre todo en cosechas y jardines.
Anuncio mi llegada con aullidos,
movimiento de árboles frondosos
y crujir de hojarasca ya reseca.

Siembro muerte y demás calamidades
en regiones mineras antioqueñas
y en aquellas similares del Chocó
donde me atacan vengativamente.

Tengo firmes ancestros africanos
y otros tantos de origen europeo
como Cronos, la Ira y las Erinias,
la temida Oscuridad y la Desgracia,
que son perversamente destructores
y van conmigo en procesión perpetua
por caminos de Centro y Suramérica.