domingo, 28 de julio de 2013

Del libro "Como simples chalupas al garete"



GLAUCO SEGUNDO

Yo, Glauco Segundo, hijo de una dama
mezcla de diosa y condición humana,
padre de Belerofonte, El Citadino,
propietario de galantes caballadas,
briosas como vientos de tormenta
y ardientes como soles estivales,
nunca pongo reparo en sus amores
con sementales de divina estirpe,
porque soy partidario de Afrodita
en torneos de besos y de sábanas.

Por tanto siempre gano con honores
las competencias de bestias y de hombres
con mis yeguas que suelen desbocarse
derribando a los castos, o arrastrándolos
sobre los tercos pedruscos de la playa.

Me deleito azuzando los corceles
en los juegos nocturnos del palenque,
sin pedir que me rindan pleitesía
los timoratos esclavos de lo púdico,
con sacrificios realizados en mi nombre
y la esperanza de cambiar su suerte.

Cuando los burdos muñecos del dicterio
desanudan en las calles sus cuadrigas,
parto siempre con mi ejército de fuego
contra esos entes furibundos y retóricos.

Aunque soy el guardián del erotismo,
espero no se atreva el porvenir
con estatuas elevadas en recuerdo
de mis bravas hazañas amorosas,
porque yo, segundo de los Glaucos,
soy de fibra y atavismo diferentes,
sin envidia en esta tierra estéril
donde habitan como bichos iracundos
tantas hordas de bípedos hipócritas.