miércoles, 4 de julio de 2012

Del libro "La calle de las complacencias"


ENKIDU

Nunca nuestra salvación será
el precio y la recompensa de una
claudicación vergonzante.
Lucano

Durante siete noches
la Luna no se hundió detrás del horizonte
para alumbrar el camino de la tienda
donde yacía la ramera esperando a Enkidu,
el joven y aguerrido luchador.

Sobre la piel de cordero
fornicaron sin descanso
seis días y siete noches
con la complacencia del Rey.

Cuando el pastor volvió a ocuparse
en la caza de los ciervos,
las piernas no le respondieron,
y el Rey atacó como tenía previsto,
venciendo fácilmente al decaído guerrero.

Del libro "La calle de las complacencias"


ASPASIA

¡Con lágrimas de mis ojos
trazo aquí este lamento, para con ello
daros prueba del amor a que obedece!
Las Mil Noches y Una Noche

No es posible ser impía
y amante de Pericles a la misma hora.
Tanto talento y belleza deben ser cuidados
aun en el siglo del hijo de Jantipo.

Afortunadamente,
las lágrimas y ruegos del orador
consiguieron disuadir al enemigo.

No hay que olvidar
que la guerra del Peloponeso
también se libró bajo las sábanas.

Del libro "El panteón incompleto"


BALZAC

Qué monumento a los placeres
del cuerpo y del espíritu.
Qué desmesura en todo.
Qué mar de folletines
y gran literatura brotó de su intelecto.

Por tantas cosas dichas con certeza,
qué difícil olvidar
su efervescencia sicológica
y ese agudo realismo
de La Comedia Humana.

Del libro "El panteón incompleto"


ROUSSEAU

La señora Warens
y el complejo masoquista del mancebo
formaron lo que bien puede llamarse
un triunfo de los mandos femeninos.
Luego vino Teresa,
inseparable por el resto de sus días.

Pero este pedagogo incorregible,
nacido de manera más bien trágica,
no halló en los amores ni en los libros
el descanso merecido que soñaba.

Hoy los niños del mundo, sin saberlo,
se desplazan favorecidos por el hado
que atacó la violencia de raíz.
Combatirla como peste de las aulas
fue la gran aventura de su vida.