domingo, 20 de noviembre de 2016

Del libro "Voces de mar y tierra"

















RECUERDO

Llego a la biblioteca a las 9 de la mañana,
saludo a los vigilantes y entro al auditorio,
silencioso y vacío a esa hora.
En tal silencio y soledad solemnes
viene a mi mente tu recuerdo,
como una mariposa extraviada,
antes de finalizar las notas semanales
y el taller de poesía que las sigue.

Siento, como si fuese hoy,
tus cálidos besos y caricias encendidas,
tu rostro fresco y tu ternura plena.
Conducido por tus manos sedosas
tomo lápiz y papel de la carpeta;
surges toda sobre la hoja en blanco
invadiendo la superficie con tu cuerpo,
donde anidan un par de golondrinas
dispuestas a volar por su alimento.

Pasan los minutos y no llega el olvido
a cubrirme con su manto gris,
en esa soledad
y ese silencio omniabarcante y cierto.

Decido suspender el recorrido
y pensar más bien en esos días,
cuando fuiste mi primavera y mi jardín.
Las rosas del otoño, ya marchitas,
intentan renacer,
pero sus pétalos me anuncian
que el invierno llegará para quedarse
con su espada de hielo y de quietud,
dispuesto a combatir mis sueños,
sin tregua y con furor, hasta el final.

Retomo entonces el único recurso
que me ofrece el salón,
frío y sereno como un lejano bloque:
escribir estos versos para ti,
con la esperanza de salir indemne
en mi lucha furiosa contra el mundo,
siempre siniestro, miserable y romo.

martes, 15 de noviembre de 2016

Del libro "Voces de mar y tierra"






LOS AMOS DEL PLANETA

Aprovechando la ciencia y la tecnología,
los amos del planeta
intentan conquistar el ancho espacio,
con la intención de invadir otros lugares
que les brinden un hábitat selecto,
donde puedan vivir tranquilamente,
después de abandonar la Tierra.

Con su ciega perversión congénita,
cuando logren semejante hazaña
mirarán la destrucción causada
por sus guerras y crímenes atroces
desde su nueva sideral vivienda.

Reirán, posiblemente, a carcajadas
observando la debacle cometida
contra un planeta generoso y fértil,
que no quisieron proteger a tiempo,
dada su aviesa condición de hienas.

Ya reducida a rocas y cenizas,
esta esfera lucirá como una escoria
en forma de trofeo escarnecido
por su torpeza y vocación fatales;
no tendrán una respuesta positiva
ni explicación que justifique en algo
su mezquina conducta ante la historia.

Un día, sin embargo, llegará
en que tales fantoches de postín
verán las consecuencias de su infamia
en el reciente apetecido suelo,
cuando lo tornen igualmente estéril,
sin que puedan, a su vez, recuperarlo.

En su turbia competencia empedernidos
seguirán dando tumbos como zombis
atascados en mitad de la carrera,
pues no querrán corregir ya sus errores
porque su fardo intelectual de insania
no les da para cumplir las leyes
que defienden los principios de la vida
en su lucha tenaz contra la muerte.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Del libro "Voces de mar y tierra"







CANCIÓN DE LO EFÍMERO

Todo se va alejando… se va alejando…
Y la muerte va llegando… va llegando…
Mueren los parientes, los amigos, los amores,
y nosotros esperando la partida
con el sueño de volver a comenzar.

Mientras tanto,
¡a vivir, a disfrutar cuanto se pueda!
para irnos en paz al más allá,
que sólo es polvo, es agua, es vegetal.

Bésame ahora, amor terreno,
y acaricia mi cuerpo con ardor,
porque el tiempo inexorable no perdona
los errores cometidos,
ni los placeres que dejamos de gozar.

Mueren los parientes, los amigos, los amores,
y nosotros esperando la partida
con el sueño de volver a comenzar.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Del libro "Voces de mar y tierra"






AFRODITA

Diosa de mil historias plagadas de misterio,
cuyos múltiples orígenes hallamos en los mitos,
igual que las acciones que allí se representan
para gloria y desgracia de dioses y de hombres.

Nació de los genitales mutilados de su padre,
según cuenta una leyenda bastante conocida,
cayendo luego al mar, donde volviose espuma
cambiante, blanca y suave, a veces cristalina,
de acuerdo con su forma y esencia celestiales.

Flotó en el agua sobre una hermosa concha,
mientras las olas la mecían fascinadas
y las aves, alegres, junto a los Tritones,
las Nereidas y otras deidades marinas,
admiraban su silueta tentadora y fresca.

Con gran cuidado, el viento del oeste,
empujó la nave hacia la isla de Chipre,
llegando a tierra por primera vez,
después del viaje inaugural, perfecto.

Allí fue recibida por las Horas,
quienes la perfumaron y ciñeron
con guirnaldas de rosas nacaradas,
en cuyo anverso anidaban con ardor
el Deseo, el Pudor y la Esperanza,
juramentos, disputas y perdones.

Al reverso,
las Erinias mostraban la perfidia,
los celos, la traición, la hipocresía,
además de otras pasiones deletéreas
y dolorosas para los abandonados.

Cuando subió al monte sagrado,
todos admiraron su sensualidad,
menos las divinidades femeninas,
que padecieron aberrante envidia.

El dios del Olimpo y de lo humano,
vengativo ante el rechazo de la diva,
decidió casarla con el rudo Hefesto
como premio por su rayo destructor.

Pero la diosa del placer y la belleza,
no pudo amar un ser tan feo y cojo,
dando rienda suelta desde entonces
a su infidelidad, con el veloz Hermes,
el belicoso Ares, el alegre Dioniso,
y con Adonis y Anquises, los mortales.

Destrozada por la muerte del más bello
mojó los pétalos que adornaban su frente
con sangre del joven amado, ya sin vida,
impregnando de rojo su pasión truncada.

Al recibir de Paris la fatídica manzana
provocó gran escándalo en los dioses,
que acabaron perdonando sus deslices,
porque ninguno resistió con heroísmo
la implacable calidez de sus encantos.

Cuando cruza las praderas, sus cabellos
juegan con la brisa como palomas tiernas,
mientras tigres y leones se posan a sus pies
para frotarse el lomo como gatos felices,
y las flores, que ofrecen sus pétalos al aire,
saturan el ambiente de fragantes suspiros.

Afrodita la eterna, Afrodita la hermosa:
regálame la linfa de tu cuerpo ambarino,
para llenar mi boca con el cálido jugo
de tu gruta rosada y tu pubis divino.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Del libro "Voces de mar y tierra"








PLANETA TIERRA

Mirado desde lejos,
el planeta no alcanza ni siquiera
a conformar un punto matemático
en el espacio infinito.
Tan insignificante es
que se pierde de vista,
pese a los poderosos telescopios
que lo vigilan acuciosamente,
dentro y fuera del Sistema Solar.

Además de hermoso y fértil,
tiene otras cualidades y riquezas
que sería interminable enumerar.
Sometido a criminal maltrato
de una especie depredadora y vil,
que lo destruye con pasión maligna,
procura sobreponerse, sin embargo,
con el impulso fecundo de la vida.

Pero unos muñequitos egocéntricos,
pretenciosos e ignorantes,
lo están cambiando todo
con sus guerras sangrientas y asesinas,
sus ambiciones de poder y gloria,
su estulticia y terquedad congénitas,
para mal existir de otras especies
que no pueden emular con tales seres,
porque son sabias en esencia y forma
y desprecian convertir su nave
en una esfera putrefacta y sola.

Queda establecido, pues, que el hombre
acabará con esta tierra hermosa,
más temprano que tarde, lo aseguro,
a no ser que un asteroide, generoso,
decida suicidarse contra el suelo
de su noble superficie enferma.

Lástima que no exista ningún dios
capaz de poner fin a la tragedia,
donde todos perdemos sin remedio.
Podría ser el azar,
pero a éste no le importa nuestra pena
ni el dolor que sintamos con acerbo,
ya que tiene desde siempre, perfilado,
un carácter de fiera ingobernable,
ajeno a cualquier acto de piedad.