miércoles, 13 de enero de 2016

Del libro "El panteón incompleto"










JEANNE BARÉ

Fiel compañera de Philibert Commerson,
prestigioso científico del Viejo Mundo
al servicio del navegante Bougainville,
Jeanne Baré, botánica disfrazada de hombre,
en lucha permanente contra el machismo europeo,
visitó Madagascar, Islas Mauricio,
Estrecho de Magallanes, Brasil y Tahití
con el supuesto nombre de Jean Baré,
llevando su secreto a cuestas
como fardel dorado procedente del infierno.

¡Oh, Jeanne Baré, qué misteriosa fuiste!
Al quedarte viuda y sola
triunfaste con audacia regentando un cabaret
en el viejo Port Louis de la comuna francesa,
antes de caer vencida en nuevo matrimonio
como cualquier parroquiana
trastornada por la duda y las supersticiones.

Hoy pocos te conocen, porque la ingratitud
germina fértil en el corazón de los humanos,
igual que las especies de plantas descubiertas
merced a tu valiente y legendaria trayectoria.

Como anécdota final de tu existencia
quedó apenas un recuerdo sobre el tiempo
con el nombre de “Baretia bonnafidia”,
arbusto familiar de las “Meliaceae”,
que más tarde cambió por el prosaico
“Turraea floribunda”, hasta el presente.

martes, 12 de enero de 2016

Del libro "Las islas del pescador"












POTAJE DEL SOLITARIO

Una mezcla de pasión, marinería y socialismo,
junto a epicúreos placeres cotidianos,
me condujo al paraíso de los solitarios
donde vivo, entre los páramos de la memoria
y los valles ardientes del olvido.

Sobre mi barca, repleta de posibilidades,
zarpé seguro por la mar bravía
para escapar de la canalla y su bullicio.

Bajo cielos de aire fresco, y más serenos,
hoy aspiran, distendidos, mis pulmones
la energía de la vida y del amor.

Los años me dieron el silencio,
la paz interior, la dulce estancia:
Adiós guerras, competencias, egoísmos;
bienvenida la muerte cuando llegue.

Sabiendo que la nada es inefable,
sostengo, sin embargo,
que somos nada venidos de la nada
y es bueno retornar a ella,
donde nada pertenece a nada
y nada perturba nuestro sueño
con sus trotes oscuros y torcidos.

viernes, 8 de enero de 2016

Del libro "Como simples chalupas al garete"













CANCIÓN DE UN HOMBRE VIEJO
PARA UNA JOVEN MUJER

Llego al pie de tu gruta perfumada,
donde se inician las tibias cordilleras
de tus muslos amantes y encendidos,
para beber con mi danzante lengua
y mis labios de sátiro extraviado,
la linfa que proyectas de tu abismo
como un volcán de palpitante fuego,
junto al Monte de Venus que protege
la excitante curvatura de tu ingle.

Yo que he viajado por distintos sexos,
degusto el tuyo con pasión suprema,
ahora que mi falo adormecido
por el paso inexorable de los años
me niega el don de penetrar tu cuerpo.

Abre entonces, por favor, tus piernas
hasta el extremo de remotos mundos
y deja que me inunden los efluvios
que brotan de tu fresca adolescencia
como fuente Castalia entre mi boca.

Amémonos así, porque mañana
llegaremos al final de nuestros vidas,
con gran remordimiento por no haber
disfrutado del amor y sus liturgias,
cuando tuvimos la fuerza y el deseo
de apurar nuestras mutuas ambrosías.