sábado, 12 de julio de 2014

Del libro "Por si las moscas"




ESTAMPA DECEMBRINA

Al maestro Fernando Vallejo
y al poeta Porfirio Barba Jacob,
por brindarme generosos sus palabras.

En este suelo abigarrado y fértil,
la “chusma paridora” y emergente,
puesta en evidencia descarnada
por el maestro Fernando Vallejo,
se destroza sin tregua y sin medida
bajo el filo violento de la guerra,
mientras sacia su rapiña con el robo,
al son de su anarquía y su demencia.

La naturaleza mal herida está
por el dolo en campos y ciudades,
ya dispuesta a presentar factura
para cobrar el atropello humano,
y así la chusma se apretuja y va
por calles y centros comerciales
comprando baratijas importadas
de poca o de ninguna utilidad.

Regresa a sus mansiones y pocilgas
con su risa o su llanto iridiscentes,
fundiéndose en la rumba y el bullicio,
en tanto eleva plegarias a su dios
para pedirle cuanta cosa infiere.

Se harta de comida como un cerdo
al son de su embriaguez desaforada;
zurce envidias, rencores y venganzas,
retaliaciones, sospechas y traiciones,
complejos, frustraciones y fracasos.

Insulta, copula, defeca y se vomita
en sus lechos de lujo o sus petates
mientras llega la resaca que amenaza
sus bolsillos y espíritu vacíos.

Eso por un lado. Por el otro,
humildes de verdad, y honestas,
familias celebran su pobreza
con un talante por demás estoico
y ajeno a vanidades emergentes.

Hastiado del ruido y de la turba
me complazco en mi celda solitario,
leyendo y pensando como un bárbaro
sobre ese monstruo llamado consumismo,
mientras busco en mis neuronas primitivas
la fórmula epicúrea no violenta
que dio el poeta en su genial ejemplo:
“pulir mis versos y cultivar mis vicios”.