martes, 14 de agosto de 2012

Del libro "Las islas del pescador"


MUJER CERRADA

El día es un placer y la noche también.
No hay que negar nada
a nuestras manos ávidas de la cosa amorosa.
Tu corazón cerrado a mi constante súplica,
tus oídos, tu boca.
¡Si al menos hubieses abierto un poco las piernas!

Del libro "Las islas del pescador"


NO ESCRIBIRÉ TU NOMBRE

Jamás escribí tu nombre, nunca lo escribiré
al respaldo de las bancas de los buses y parques,
de las sillas de los teatros,
tras la puerta de retretes públicos o privados,
sobre las mesas de las cafeterías,
servilletas y manteles de los restaurantes,
en el manubrio de la bicicleta
o en la parte superior de los espejos,
contra las paredes y muros de la ciudad,
sobre el cemento fresco de las calles,
entre las páginas del libro de filosofía
o en el lomo de los diccionarios,
en el cuaderno de notas de la universidad,
en la pasta del directorio telefónico
o en la guía de mi agenda personal.
Tampoco en la corteza de los árboles
y menos aún en la menuda arena
de la pequeña isla con que una vez soñáramos.
Para qué escribirlo en un lugar del mundo,
si está grabado indeleblemente en mi corazón.