XENOGLOSIA
DEMONÍACA
Vengo
de las honduras del tiempo
con
mi xenoglosia demoníaca
anunciando
a través de un elegido,
puesto
en trance por el hechicero,
cualquier
información solicitada.
O
persuado al espíritu confuso
de
alguna persona muerta
para
que hable a los invocantes
por
medio de un voluntario
que
acepte hipotecar su lengua.
Tal
práctica nocturna,
precedida
por hechizos y rituales,
suele
ser muy peligrosa,
porque
mi verbo de extraño visitante
rechaza
retirarse del difunto;
le
arrebato alma y cerebro
si
el sometido es muy débil,
cuando
retorno a mi cueva
en
las honduras del tiempo.