TRIGESIMOSEGUNDO
YO
Soy
el príncipe Hasán, propietario de la alfombra
con
la cual casi conquisto la mano de Nurimbar,
la
más hermosa princesa en el Estado de Bisnagar.
Inútil
para el profano tratar de imitar algunos
de
estos extraños vehículos,
pues
sus formas y colores varían continuamente,
y
sólo empresarios hindúes
tienen
la fórmula secreta para que sean voladores.
Cuando
Alí fue vencedor en el concurso de arquería,
para
el cual me preparé con disciplina espartana,
desistí
en definitiva de incursiones por el aire;
vendí
barata la alfombra,
y
desconozco hasta hoy en qué lugar misterioso
se
refugia finalmente
aquella
gran precursora de los vuelos orbitales.
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