TESTAMENTO
He
quemado mi vida en las llamas del amor
entre
las piernas de putas y de vírgenes.
He
vivido las grandes aventuras
que
el corazón impone,
con
fervor y audacia inimitables.
He
tomado con mis manos el Sol
y
me tragué la Luna en noches estelares.
Hoy,
ya cerca del ocaso,
sigo
alegre y vital por el sendero
que
inexorablemente
ha
de llevarme de regreso al polvo.
Realicé
lo que me dio la gana
y
no guardo ningún remordimiento.
Mis
cenizas y mi amor,
junto
con mis escasos versos,
los
dejo al mar, a los peces, a la brisa,
y
por supuesto, sin reparo o engaño,
a
quienes aún contra su fe me amaron.
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