lunes, 21 de julio de 2014

Del libro "Por si las moscas"




SHORTTON

Al ratoncillo de "Preámbulo para Hamlet"

Investido de tierna mansedumbre
Shortton emula junto al director,
que lo ha entrenado para ser actor
en todo sitio donde el Sol alumbre.

Siempre obedece porque la costumbre
también ayuda para ser mejor;
bajo la pauta de su entrenador
Shortton alcanza la soñada cumbre.

Cumbre soñada por artistas todos
buscando el brillo que la fama ofrece
entre las luces de los escenarios,

mientras que Shortton con distinto modo
en su sencilla soledad parece
inmune a los aplausos mercenarios.

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