viernes, 6 de julio de 2012

Del libro "El panteón incompleto"


MARX

Sabemos que su lucha no fue fácil
más allá de los años juveniles,
ni siquiera en las épocas románticas
cuando Jenny –esa chica primorosa–
bailaba sin descanso en los salones
de la ciudad de Tréveris.

Entonces pensaban que más tarde
podrían acomodarse
en el medio antisemita de Alemania.

Sus opúsculos y libros
corrieron con un éxito asombroso,
pero nunca dejaron esos marcos
que faltaban en su exiguo presupuesto.

Padeció los rigores del destierro
porque fue solidario con su amigo
en la Sagrada Familia,
y otros igualmente dolorosos
debido al Manifiesto Comunista.

Destrozado y más pobre que una rata
presenció la agonía de sus hijos,
en tanto proclamaba la derrota
de los estados burgueses
y el ascenso triunfal del socialismo.

Grande y visionaria fue su obra
porque amó como hombre, a su manera,
sin poder desquiciar esa muralla
que le ponen a la vida los bribones.

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