DE QUÉ ESCRIBIR
De qué escribir, y hacerlo
para qué
si todo lo existente está
nombrado:
el arte con sus
tergiversaciones,
los mares, el amor y las
pasiones,
las ciencias, el dolor y la
cultura,
revueltos siempre en su
brutal empaque
y en este pobre corazón
cansado.
Otros han dicho con mejor
fortuna
lo que yo no, poeta
despistado
que nunca pudo comprender la
vida,
ni encerrado ni fuera del
establo,
porque es la realidad la que
atropella,
no los delirios ni los
sueños vagos.
No obstante vivo
emborronando páginas
como intonso amanuense
despeinado,
mientras llegan, con látigo
dispuesto,
los lectores que miran de
costado
y críticos de duras opiniones
en salones y plazas de
mercado.
Pese a todo, continuaré mi
ruta
por distintos caminos,
extraviado,
en tanto el mundo se
derrumba solo
cual castillo de naipes
estrujado
por la mano invisible del
destino,
que no tiene piedad del que
ha fallado.
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