jueves, 9 de octubre de 2014

Del libro "Poemas misceláneos"



MI CORAZÓN PIRATA

Una puta a quien amé con toda el alma
me enseñó que la lengua hay que lavarla
para que el mal aliento no haga estragos,
la saliva sea más apetecible
y los labios más sensuales al besar.
Era muy joven y yo también lo era,
pero su experiencia en el amor
sobrepasaba en mucho mi pobre ingenuidad.

Hoy recuerdo, sumido en la nostalgia,
que fuimos dos amantes con esa fuerza ciega
de los que tienen todo aunque de nada saben.
Su cuerpo licencioso era una seda ardiente
guardiana de sus grutas húmedas y tersas
y aquel dulzor salobre de ostra con melado.

Fue así como entendí que hay más ternura y vida
en putas declaradas que en vírgenes de loza,
que aquéllas son el nervio profundo del océano
y éstas (pobres tontas), si acaso pueden ser
algún yerbajo estéril prendido en la ribera.

Entonces, para siempre, mi corazón pirata
soñando con las putas se enamoró del mar.

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