EL
NECRÓFAGO DE ARABIA
Originario
de países árabes,
soy
una criatura espantable
que
ronda los cementerios
ansiosa
de difuntos frescos.
Demoníaco
por mis ojos encendidos
y
mi aliento que vomita fuego,
encarno
un monstruo de tez gris
y
superficies viscosas,
invisible
cuando me hallo inmóvil.
Camino
silencioso con mis grandes pies
y
cuerpo amorfo de fuerza indescriptible,
que
puede levantar piedras enormes,
mientras
busco alimento entre las tumbas,
pues
poseo colmillos puntiagudos,
con
los cuales destrozo los cadáveres
que
devoro sin parar, ávidamente.
Indefensos
contra mis poderes
están
los que quieren sepultar
con
sencillez sus parientes,
ya
que tengo variados intereses
en
programas de carne fresca.
Por
eso declaro sin pudor:
no
importa que falten joyas
mientras
existan los muertos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario