CUADRAGESIMOSÉPTIMO
YO
Aliento
el espíritu del cosmos
como
mago de los esquimales,
poseído
por la esencia misteriosa
que
guardo en mi doliente corazón.
Defiendo
los derechos de la tribu
para
que viva y pesque sin pesares,
mientras
intento mejorar el clima.
Emprendo
mi periplo hacia el océano,
donde
visito la diosa de las aguas.
De
regreso al iglú (sellado por el viaje)
comunico
el mensaje de los dioses.
Si
hay que trasladar los campamentos
a
territorio donde la caza es segura,
dejo
rodar la vida como en antiguos tiempos,
para
que las tribus no padezcan las penurias
que
tanto les preocupa, sin faltarles la razón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario