viernes, 11 de octubre de 2013

Del libro "Poemas al Futhark"



POEMAS AL FUTHARK (21)

Lagu te llaman los que reconocen
tu predominio en marineras aguas,
o en los lagos, los ríos y cascadas,
aunque sea tu imagen, cabalmente,
la emperatriz de las cimeras olas
cuando chocan contra los peñascos
o agonizan inermes en las playas.

Tu evocación del natural fluido
que obliga a constante movimiento,
se trueca en norte de fecundidad,
mientras rechazas lo paralizado
como reflejo de la esclavitud.

Encarnas en los viajes la tragedia,
y aunque subsistes benéfica y feraz,
te deleitas engullendo embarcaciones
que dejan grandes pérdidas humanas
en temidos y dramáticos naufragios,
cuando la furia de las tempestades
deja su huella en las heridas costas
que lloran mudas el común desastre.

Tu silueta de lanza no completa
refleja oscuridad del lado opuesto,
y al marchar vencedora por la mesa
pronosticas sin pensar raros asuntos
no previstos en los actos de la vida
y a veces causa de cerril disgusto.

Simbolizas las mandíbulas de Egir
y sugieres obediencia a los instintos,
mucho más viejos que la erudición,
ya que la deidad representada
hundía barcos sin ningún reparo
mientras bebía jarrones de cerveza.

Por eso invoco tu poder recóndito
al encontrar los casos más difíciles
que bloquean mi estructura intuitiva,
la autoestima que a veces no poseo
y el marasmo que ataca incompasivo
como dardo en mitad de mi cerebro.
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EL FUTHARK

La palabra Runa significó en un principio “rugido”, pero con el tiempo la evolución semántica le dio la noción de “secreto susurrado al oído”. En todo caso, las Runas son un alfabeto mágico utilizado por las tribus germánicas de la Europa precristiana, del que se conocen distintas variantes, cada una con diferente número de caracteres. Odín, dios supremo del panteón escandinavo, ganó las Runas al permanecer colgado del árbol Yggdrasil (el gran fresno sagrado), durante nueve días con sus noches, herido de un lanzazo. En cuanto al origen histórico de las Runas, es todavía más confuso que su origen mítico.
Con el transcurso de los años aparecieron distintas versiones del abecedario rúnico, añadiendo algunos caracteres, mientras otros caían en desuso. Así, hoy tenemos tres variantes principales, de las que se derivan versiones secundarias. A la más antigua de sus formas se le llama Futhark común o germánico, que consta de veinticuatro signos, más otro, añadido posteriormente, denominado “Runa blanca”.
El nombre de este Futhark resulta de las seis primeras letras, de los seis primeros nombres (Feoh, Ur, Thorn, As u Os, Rad y Ken) que se traducen por f, u, th, a, r, y k. Fue el más usado en el norte de Europa continental, entre los siglos V y VIII d. de C.
La segunda variante es la anglosajona, utilizada en Gran Bretaña, entre los siglos V y XII d. de C. Constaba de veintiocho letras, aunque llegó a tener hasta treinta y tres.
La tercera es la del Futhark nórdico o escandinavo, utilizada en Islandia y en la península que conforman los países de Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca. Tuvo su auge entre los siglos V y XII d. de C. Y es la que ofrece mayor número de formas escritas.
Los demás Futhark tienden a ser variantes criptográficas de alguno de los tres abecedarios rúnicos principales.

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