sábado, 8 de diciembre de 2012

Del libro "Libro nuevo"



INTERNET

Los intelectuales,
académicos y burócratas
deben importarnos un pepino
en nuestra diaria creación artística.

Escribir lo que nos venga en gana,
cuando nos dé la gana,
como nos dé la gana,
donde nos dé la gana
sin pedirle permiso a los imbéciles,
debe ser nuestra consigna cotidiana.

Ellos que se metan sus conceptos,
su risita y su desprecio por el sur
mientras vivimos nuestra bastardía,
más noble y legítima que toda
su cháchara sin alma, y decadente.

Lo que sí necesitamos es talento,
estudio, trabajo y disciplina
si queremos proyectarnos en el tiempo
más allá de los problemas personales,
que no importan al lector de nuestros libros.

Afortunadamente disfrutamos
de un ente global y democrático
donde podemos publicar nuestros escritos
sin la venia de pontífices tartufos
que pretenden castrar nuestra locura
con sus críticas estúpidas y sosas.

Es algo que lo abarca casi todo,
sin censurar ni preguntarnos nada,
sin prometernos nada;
un milagro de las comunicaciones,
presentes y futuras,
cuyo nombre de pila es Internet.

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